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jueves, 7 de agosto de 2014

Inglaterra, Tres años de los incidentes que hicieron arder Londres

Imagen de los incidentes de Tottenham 2011.
Como tocada por una varita mágica envenenada –con el veneno de la violencia, la pobreza, el racismo, la desigualdad, los recortes presupuestarios y la desilusión con el sistema–, Londres se convirtió durante una noche y una mañana en una versión en miniatura del París de la banlieue o Los Ángeles de 1992. En los disturbios raciales de la ciudad californiana, tras la absolución de cuatro policías grabados propinando una paliza letal a Rodney King, murió medio centenar de personas. En en barrio londinense de Tottenham también hubo muertos, enfrentamientos entre la policía y los ciudadanos, pillaje y quema de vehículos .
En el centro de la calle principal de Tottenham, a la altura de High Road, frente a la comisaría de este barrio del noreste de Londres, un vehículo policial ardió hace ahora tres años. En pocos minutos del anochecer del 6 de agosto de 2011, el fuego saltó a tiendas y viviendas del distrito, en un estallido colectivo de furia por la falta de respuesta oficial a la muerte por disparos de la Policía de Mark Duggan, un conocido residente de la zona. La violenta protesta se propagó a otras áreas de la capital y brotó con fuerza en las principales ciudades de Inglaterra durante cuatro días.
Incendio de un ómnibus de dos pisos (LEON NEAL/AFP)
Incendio de un ómnibus de dos pisos. León Neal - AFP.
Un total de 26 agentes resultaron heridos y 42 personas fueron detenidas en los graves disturbios ocurridos esta madrugada en un barrio de Londres, donde se quemaron edificios y vehículos, se saquearon tiendas y se lanzaron cócteles molotov, en la primera noche de disturbios.
Según aseguró el día después un portavoz de Scotland Yard, una marcha pacífica la noche anterior para protestar por la muerte de un joven a disparos de la policía fue "secuestrada" por un pequeño grupo de "vándalos descerebrados", que dieron lugar a una escalada de violencia desproporcionada.
La muerte de un joven a a manos de la policía fue el detonante de los incidentes –los más graves que Londres sufría desde 1985–, aunque no hay imágenes ni testimonios claros que expliquen lo que ocurrió aquel jueves, cuando agentes especiales de la policía dieron el alto a un taxi en el que viajaba Mark Duggan, un delincuente local de 29 años, padre de cuatro hijos, que ya antes había tenido sus más y sus menos con las autoridades. No se sabe lo que pasó, sólo que hubo disparos y que murió el sospechoso, un joven de color, y resultó herido un policía.
Desde el principio, la muerte del presunto delincuente estuvo rodeada de polémica, con versiones contradictorias sobre lo ocurrido. En un principio se dijo que el joven portaba armas y murió en un intercambio de disparos. Unas fuentes indicaron que Duggan, que viajaba en un taxi, disparó a los agentes antes de que éstos le abatieran. Otras hablaban del ajusticiamiento de un hombre que ya estaba en el suelo cuando le dispararon. El diario británico The Guardian indicaba dos días después que los primeros exámenes practicados a una bala encontrada en un receptor de radio que llevaba un agente apuntaban a que fue disparada por un policía y no por Duggan.
Durante días era posible escuchar las sirenas en la ciudad mientras las autoridades enviaban refuerzos a los lugares por donde se expandían los disturbios. Centenares de escaparates fueron rotos mientras residentes saqueaban tiendas, de las que sacaban carritos de compras llenos de artículos que robaron. 
Fueron los disturbios más graves desde los años 80, con cinco víctimas mortales, más de 2.500 negocios destruidos y decenas de casas quemadas. Participaron entre 13.000 y 15.000 personas, la mayoría estudiantes o jóvenes en paro. Más de 4.000 fueron detenidas y han sido procesadas hasta la fecha. El coste para la economía británica en compensaciones de aseguradoras se cifra en unos 360 millones de euros. La factura social es más elevada y no se ha terminado de pagar tres años después de que ardiera la ciudad que acogería, un año después, los Juegos Olímpicos de 2012. 
En 1985, violentos disturbios tuvieron lugar en el mismo barrio londinense de Tottenham, luego de una  intervención policial en la que resultó herido un civil. En los enfrentamientos, murió, golpeado por la multitud, un policía.
Coches quemados y tiendas arrasadas hace un año en Londres.
Coches quemados y tiendas arrasadas hace tres años en Londres.
Entre el 6 y el 10 de agosto de 2011 las protestan tomaron las calles de diversos barrios y ciudades de Inglaterra. El punto más conflicto empezó en Tottenham, al norte de Londres, después de una manifestación pacífica por la muerte del joven de 29 años Mark Duggan, que había sido tiroteado por la policía el 4 de agosto cuando los agentes trataban de arrestarle, al parecer -según las fuerzas del orden- porque portaba un arma de fuego. En pocos días, los disturbios llegaron a Wood Green, Hackney, Brixton, Peckham, Enfield, East Ham, Ealing y Croydon, así como la céntrica zona comercial de Oxford Circus, y después alcanzaron a algunas de las ciudades más importantes de Inglaterra, como Birmingham, Bristol, Liverpool o Manchester, donde se vivieron los peores incidentes en 30 años.
En pocos días, las fuerzas del orden detuvieron a 3.100 personas y se contabilizaron 3.443 crímenes vinculados a los disturbios.
El 11 de agosto la fuerte presencia policial en las calles de Londres y otras ciudades de Inglaterra volvió a llevar la tranquilidad en el país, por primera vez, tras cuatro noches de violencia.
Los jóvenes de los barrios marginales tomaron las ciudades y las convirtieron en auténticos campos de batalla debido a un problema crónico que se repite en esas zonas y en numerosas capitales. Sus problemas no eran consecuencia de cuatro años de crisis económica. Su desencanto tenía raíces más profundas.
Un estudio hecho por la Universidad London School of Economics (LSE), titulado 'Reading the Riots' (La lectura de los disturbios), concluyó que entre los factores que causaron esos niveles de violencia figuraron el oportunismo, la injusticia social, necesidades económicas y frustración, aunque tres años después aún debaten para encontrar más respuestas.
En el pasado mes de enero el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, se vió obligado a pedir "calma" tras las "fuertes emociones" desatadas por los resultados de la investigación sobre la muerte de Mark Duggan, el joven de color y padre de cuatro hijos, abatido por la Policía en 2011 y cuyo fallecimiento desató la peor ola de disturbios en Inglaterra en décadas. Un jurado resolvió el miércoles que la Policía no incurrió en ningún tipo de delito al disparar contra el joven de 29 años en Tottenham (norte de Londres) en agosto de 2011, a pesar de que Duggan no portaba ningún arma en el momento en que fue abatido. Ocho miembros del jurado dieron como probado que Duggan estaba desarmado cuando el detective V53 le disparó en la cabeza y un hombro pero concluyeron que esta fatal acción fue justificada.
En el barrio de Tottenham, donde todo empezó, algunos vecinos creen que la tranquilidad de hoy no es sinónimo de que la situación se haya solucionado.
Existe una presencia policial más activa en las calles de Tottenham, algo que los vecinos aprueban, pero a parte de eso nada más ha cambiado en los últimos años. En esta zona la gente tiene sueldos muy bajos. No hay trabajo, hay mucha gente en el paro. Eso es lo que hizo que salieran los jóvenes a las calles y provocaran los disturbios hace tres años.
Las imágenes de la violencia desatada hace tres años en el barrio londinense de Tottenham volvieron a revivir en la mente de los británicos los enfrentamientos de 1981 en Brixton, donde más de 5.000 personas se enfrentaron a la Policía por su inmovilismo ante los ataques racistas que estaba sufriendo la población africano caribeña.

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