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lunes, 25 de agosto de 2014

Francia, Dimisión en bloque del Gobierno francés frente a las medidas de austeridad de François Hollande

François Hollande y Manuel Valls, el pasado 15 de agosto. / AFP.
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, ha presentado este lunes la dimisión en bloque de su Gobierno tras las discrepancias por las políticas de recortes. El presidente de Francia, François Hollande, le ha encargado la formación de un nuevo Ejecutivo.
"Su composición será anunciada mañana", ha informado Hollande en un escueto comunicado difundido después de que este fin de semana los ministros de Economía y de Educación, Arnaud Montebourg y Benoît Hamon, respectivamente, criticaran públicamente la política de austeridad del Ejecutivo francés.
"El jefe del Estado le ha pedido constituir un equipo en coherencia con las orientaciones que él mismo ha definido para nuestro país", ha señalado Hollande.
El Gobierno de Manuel Valls se formó hace cinco meses, tras la histórica derrota de los socialistas en las elecciones municipales del pasado marzo. Las desavenencias por las políticas de austeridad defendidas por el primer ministro suscitaron desavenencias desde el primer momento hasta que las discrepancias han sido insostenibles.
Valls se ha reunido esta mañana con varios ministros, entre ellos, los de Educación, Benoît Hamon, y Exteriores, Laurent Fabius, Ministro de Asuntos Exteriores y Arnaud Montebourg, la verdadera pesadilla del primer ministro.
El ministro francés de Economía ha justificado su salida del Ejecutivo por "las políticas de austeridad absurdas" que se aplican en Francia y en Europa, y que a su parecer están agravando la crisis.
En una declaración sin preguntas leída tras ser recibido durante un cuarto de hora por el primer ministro, no ha escatimado en críticas a Valls y a Hollande.
Ha dicho que durante los dos años que ha permanecido en el Ejecutivo, había tratado de convencer a Hollande de "rechazar para nuestro país las respuestas excesivas", y que como no lo ha logrado, "los resultados están ahí. Francia está parada y el desempleo continúa su progresión".
"Se sabe -afirmó- que las políticas de austeridad, de subidas de impuestos o de reducción del gasto público decididas por los gobiernos son ahora las causas de la prolongación y del agravamiento inútil de la crisis" en Europa.
Las medidas que rechaza Montebourg y otros ministros son la rebaja de cotizaciones sociales a las empresas en 30.000 millones de euros y algunas otras reducciones de impuestos, que se financiarán con una disminución del gasto público de 50.000 millones de euros en los tres próximos años.
Las críticas internas a las históricas reformas lanzadas el pasado invierno por Hollande, encabezadas precisamente por su ministro de Economía, Arnaud Montebourg, han hecho insostenible un Ejecutivo que ha durado 147 días. Junto con Montebourg, han anunciado su deseo de no seguir el Gobierno los titulares de Educación y de Cultura, Benoît Hamon y Aurélie Filipetti, respectivamente.
En una entrevista publicada este fin de semana en el diario francés Le Monde, el titular de Economía e Industria había pedido al Gobierno que deje en un segundo plano la reducción del déficit público.
Montebourg, que representa al ala izquierda del Partido Socialista (PS) francés criticó abiertamente las decisiones de la "derecha alemana" que "ha impuesto a toda Europa la política de austeridad" y pidió un cambio de dirección.
En sus críticas le siguió el ministro Educación, Benoît Hamon, que también pidió al presidente francés que se separe de la línea política de la canciller alemana, Angela Merkel. Con la canciller alemana fue muy crítico al declarar que "Alemania sirve únicamente a sus intereses personales, no a los de Europa".
La ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, ya ha expresado a Valls y Hollande su deseo de no formar parte del nuevo equipo. Prefiere, ha asegurado, "ser fiel a sus ideas" que seguir en el Gobierno. "Tengo un deber de solidaridad, pero también de responsabilidad frente a los que nos han hecho lo que somos. Elijo por mi parte la lealtad a mis ideas", ha escrito en una misiva dirigida al primer ministro y el presidente, y que representa una clara crítica a la política económica que está exigiendo Angela Merkel para sus "socios" europeos, y que Hollande quiere imponer en Francia a cualquier precio. 
Siguiendo la tendencia del presidente francés, François Hollande, que llevaba meses estancado en un 18% de aprobación, y que se ha situado en su nivel más bajo este mes, la popularidad de Manuel Valls se ha desmoronado menos de seis meses después de asumir el cargo de primer ministro. Éste,
que como titular de Interior era uno de los ministros más apreciados del anterior Ejecutivo, ha perdido 20 puntos en el índice de popularidad en apenas tres meses. En la actualidad tan sólo un 36% de los franceses se declara satisfecho con la gestión del político de origen catalán.
Según los resultados de la encuesta mensual del instituto demoscópico Ifop, que publicó este domingo Le Journal du Dimanche, los encuestados que se declaraban satisfechos con el presidente francés se ha quedado en agosto en el 17 %, un punto menos que en julio, y un nuevo récord por abajo para un presidente francés. En cuanto al porcentaje de descontentos, ha permanecido estable en el 81 %.
En un movimiento perfectamente coordinado con la presidencia, Valls reforma su equipo, con el claro objetivo de desprenderse de esa minoría de ministros críticos con la política de reformas económicas que Hollande viene impulsando desde que en enero planteó a los agentes sociales un "pacto de responsabilidad" para, supuestamente, relanzar la productividad francesa a expensas de profundos recortes y unas ventajas para las empresas cifradas en más de 40.000 millones de euros, además de congelar pensiones, salarios de funcionarios y ciertos servicios públicos.
Para Arnaud Montebourg "la reducción del déficit es una aberración económica que agrava el paro, un absurdo financiero porque hace imposible la recuperación de las cuentas públicas, una política siniestra porque lanza a los europeos a los brazos de los partidos extremistas". El ministro de Economía cree que el presidente debería "elevar el tono" con Angela Merkel, propulsora de las medidas de austeridad.
Según publica el diario La Vanguardia, "La diputada ultraderechista europea, Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, el partido más votado en Francia en las elecciones europeas de mayo, pidió la disolución de la Asamblea, para "darles la palabra a los franceses" que, asegura, son contrarios a la sumisión a la Unión Europea".
Roto el Gobierno francés, los pilares del poder en Francia se tambalean. La situación del presidente de la República es más delicada que nunca. Este es el segundo cambio de Gobierno en menos de un año y en la Asamblea cada vez más socialistas se oponen a su política de austeridad.

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