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viernes, 29 de agosto de 2014

Colombia, Tras 24 años de prisión "Popeye", el sangriento sicario de Escobar, salió en libertad

Alias Popeye, exjefe de sicarios del Cartel de Medellín. Web El País de Colombia.
El confeso autor material de 300 asesinatos y coordinador de otros 3.000, John Jairo Velásquez Vásquez, alias "Popeye", ex jefe de sicarios del fallecido narcotraficante Pablo Escobar, salió el pasado martes de una cárcel del centro de Colombia luego de permanecer preso 24 años, aunque no terminar de cumplir su condena.
Sicario del cartel de Medellín, dirigido por Escobar, "Popeye" se benefició con la libertad condicional tras haber colaborado con la Justicia colombiana y haber pagado los 9 millones de pesos (unos 4.500 dólares) de fianza.
La decisión, de su puesta en libertad, fue tomada por el juez primero de ejecución de Tunja, quien ordenó la medida luego de considerar que "Popeye" cumplió con las tres quintas partes de la pena establecida y de que se le hubiera redimido el tiempo que trabajó en el centro carcelario de Cómbita, Boyacá, donde se encontraba recluido. 
Sobre las nueve de la noche del martes, John Jairo Velásquez Vásquez, de 52 años, regresó a las calles escoltado por una caravana de cinco vehículos blindados y acompañado por funcionarios de la Defensoría del Pueblo, a quienes por la mañana les había pedido a través de un escrito de su puño y letra que le protegieran.
Según el diario colombiano El Tiempo salió de la prisión "Vestido con un jean azul desteñido, tenis y un buso de algodón fue recibido en uno de los ocho patios que tiene el centro carcelario de Cómbita (Boyacá) por las personas que garantizarían su seguridad hasta su traslado a Bogotá. No llevaba maletas, lo único que tenía en sus manos era el estuche de sus gafas. Lo primero que dijo a quienes lo esperaban al otro lado de las rejas fue "gracias". Desde diciembre del año pasado había enviado cartas a la Defensoría del Pueblo pidiendo protección y acompañamiento porque, según él, se le estaban vulnerando sus derechos en el proceso".
John Jairo Velásquez, alias 'Popeye', salió de prisión el pasado martes 26 de agosto.
Foto: León Darío Pelaéz / SEMANA
"Popeye", como era conocido en el mundo del hampa, calcula haber asesinado directamente a 300 personas pero "participado y coordinado alrededor de 3.000 muertes", casi todas por orden del narcotraficante que más ha marcado la historia de Colombia: Pablo Escobar.
Y sabedor de los riesgos que corre una vez afuera de la cárcel de alta seguridad de Cómbita, en el centro del país, él mismo se encargó de solicitar la protección especial.
Su libertad, que ha sido objeto de polémica en Colombia, llega después de 24 años tras las rejas pero cuando sólo ha cumplido las tres quintas partes de su sentencia.
En los últimos 12 años en Cómbita, "Popeye" realizó 14 diplomados, trabajó como recuperador ambiental y logró el cuarto mejor puntaje de las pruebas Icfes, el examen de estado para el ingreso a la educación superior, en Boyacá.
Cuentan que confesó que le daba "susto enfrentarse a la selva de concreto" y a su nueva vida. También aseguró que haber pagado sus crímenes con cárcel y recobrar la libertad le permite afirmar que "delinquir no paga", y adelantó que podría pedir apoyo a organizaciones para hacer una campaña de concientización con esa consigna.
Tras su salida de prisión "Popeye" fue llevado en una camioneta azul oscura. Después, para evitar que lo siguieran los medios de comunicación hasta su paradero final, lo dejaron en un parque, a donde lo fueron a buscar a la medianoche. Allí firmó un acta en la que decía que los custodios del Estado lo "entregaban" en buenas condiciones. Un hombre desconocido, que lo saludó con efusividad, se lo llevó en un Audi negro. Y eso es lo último que se supo de él.
De acuerdo con la revista colombiana Semana, "Popeye" estuvo alojado durante nueve años en el Pabellón de Recepciones, el lugar de llegada de los presos de máxima seguridad, y pasaba las horas hablando con los guardias y con las trabajadoras sociales. "Popeye" se sentía allí confiado y reivindicaba ese lugar porque creía, como en efecto sucedió, que no sufriría ningún rasguño. Era el único habitante del pabellón.
El mismo semanario agrega que quien quisiera acercársele debía pasar por cinco puestos de seguridad con escáneres, sentarse en una silla eléctrica que detecta metales y dejar joyas, relojes, correas y dinero.
Según indicaba en una extensa entrevista a la mencionada revista, John Jairo Velásquez Vásquez valoró enormemente la seguridad que sentía en la cárcel de Cómbita, Boyacá, en donde estuvo 10 de los 24 años que pasó tras las rejas:"Aquí es muy seguro. Ni siquiera hay ladrones".
Entre las víctimas reconocidas por Velásquez está el entonces procurador General de la Nación Carlos Mauro Hoyos, secuestrado y asesinado por él mismo en enero de 1988, una importante número de magistrados, jueces, periodistas y policías que se opusieron al imperio criminal de Escobar y al cartel de Medellín.
"Las víctimas que dejaron ‘Popeye’ y el cartel de Medellín no son un simple número; tienen cara y voz". La frase es de uno de los cientos de afectados por las acciones violentas en las que participó Jhon Jairo Velásquez Vásquez.


"¿Debió pagar más tiempo en prisión? Las respuestas de las víctimas están divididas", dice el diario de Colombia El Tiempo.
Andrea Chica tiene 25 años. Perdió a su mamá, Luz Fátima Velásquez, cuando una bomba puesta por el cartel de Medellín hizo pedazos la juguetería en la que trabajaba. Andrea tenía 10 meses de nacida y hoy es una de las víctimas que considera injusta la salida de "Popeye" de la cárcel. "Aunque él diga que ha cambiado, pienso que no debió salir nunca. Nos hizo mucho daño", dice.
Para Gonzalo Rojas, que quedó huérfano de padre por la explosión del avión de Avianca, la discusión no está en el tiempo que ‘Popeye’ permaneció en la cárcel sino en qué tanto confesó. "Lo lamentable es que parece que solo hubiera estado un día en la cárcel, porque salió llevándose la verdad", dice Gonzalo, líder de la Fundación Colombia con Memoria, para el periódico El Tiempo. Él asegura que no hay rencor, pero sí indignación.
En la lista de crímenes de "Popeye", por ejemplo, figura el atentado en 1989 contra el vuelo 203 de Avianca, en el que perdieron la vida 107 pasajeros, así como el magnicidio, también en 1989, del entonces candidato presidencial Luis Carlos Galán.
Este asesino, que se entregó a la justicia en 1991 con Pablo Escobar y acompañó al capo durante el tiempo que estuvo en una cárcel, La Catedral, que él mismo mandó a construir (ver vídeo) y de la que se fugó un año después, tendrá ahora como exconvicto un período de prueba de cuatro años y deberá presentarse periódicamente ante las autoridades, además de comprometerse a no volver a delinquir. Su salida revive viejas heridas de la guerra contra el narcotráfico que aún no sanan en Colombia.
Foto: León Darío Pelaéz / SEMANA.

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