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sábado, 5 de julio de 2014

Estados Unidos, Una foto que refleja la soledad de los menores que intentan atravesar la frontera de México con ese país

Foto de indocumentado del The New York Times
En la foto del The New York Times se ve a Alejandro, de 8 años, con un agente fronterizo.
Una imagen publicada hace unos días por el diario The New York Times para ilustrar un artículo sobre la incesante llegada de menores indocumentados centroamericanos a la frontera sur de Estados Unidos se volvió viral, y está dando la vuelta al mundo.
En la fotografía -tomada por la reportera Jennifer Whitney en un área fronteriza de Texas cercana al Río Grande- se puede ver a un niño de 8 años identificado como Alejandro junto a un agente de la Patrulla Fronteriza.
El agente Raul L. Ortiz aparece leyendo el certificado de nacimiento de Alejandro, quien viajó hasta EE.UU. desde Honduras junto a otros inmigrantes guiados por un traficante de personas con ese papel como único documento de identificación.
Según cuenta The New York Times, el niño le explicó al agente Ortiz que estaba solo y que sus padres viven en San Antonio, Texas, aunque no tenía ninguna dirección para encontrarlos.
Esta imagen, que ha sido compartida por miles de internautas en los últimos días, viene a ilustrar el drama que se está viviendo en los estados fronterizos del sur de Estados Unidos, a donde han llegado, desde el pasado mes de octubre, huyendo de la pobreza y la violencia, más de 50.000 menores centroamericanos.
Según destaca desde California el periodista de BBC Mundo Jaime González, esta oleada migratoria, que fue descrita hace unos días por el presidente Barack Obama como una "crisis humanitaria", ha pillado desprevenidas a las autoridades, que han tenido que improvisar la apertura de decenas de centros de acogida para procesar y albergar a los menores.
Los líderes del Partido Republicano se han apresurado a culpar de esta situación -que ha obligado a improvisar la apertura de decenas de centros de acogida para albergar a los menores- a las políticas migratorias de la administración de Obama, pese a que el mandatario estadounidense ha deportado a más inmigrantes que cualquiera de sus predecesores en el cargo.
Desde la Casa Blanca se defienden asegurando que el espectacular incremento en el número de niños y madres con hijos pequeños que están llegando a la frontera está relacionado con un deterioro de las condiciones económicas y de seguridad en los países centroamericanos, principales países de origen de los menores.
Pese a todo, los activistas y periodistas que han estado cubriendo esta crisis sobre el terreno coinciden en que uno de los causantes de esta situación son los falsos rumores que los traficantes de personas y los propios inmigrantes que se encuentran en suelo estadounidense están haciendo circular por Centroamérica y que apuntan a un cambio en las políticas migratorias de Washington.
Las autoridades en Estados Unidos enfrentan la crisis migratoria más grave de los últimos años, con la llegada a la frontera sur del país de más de 50.000 menores de edad solos e indocumentados desde el pasado mes de octubre, principalmente por el sur, la mayoría procedentes de Honduras, Guatemala y El Salvador. En los primeros cuatro meses del año, 6.000 niños y adolescentes mexicanos que migraron clandestinamente y sin acompañante a Estados Unidos fueron repatriados.
La ley prohíbe al Departamento de Seguridad Nacional de ese país deportar a los niños inmigrantes justo después de su llegada al país en caso de que su nación de origen no comparta una frontera con EE.UU., algo que sí afecta a los menores procedentes de México.
Los líderes del Partido Republicano se han apresurado a culpar de esta situación -que ha obligado a improvisar la apertura de decenas de centros de acogida para albergar a los menores- a las políticas migratorias de la administración de Barack Obama, pese a que el presidente estadounidense ha deportado a más inmigrantes que cualquiera de sus predecesores en el cargo.
Los activistas y periodistas que han estado cubriendo esta crisis sobre el terreno coinciden en que uno de los causantes de esta situación son los falsos rumores que los traficantes de personas y los propios inmigrantes que se encuentran en suelo estadounidense están haciendo circular por Centroamérica y que apuntan a un cambio en las políticas migratorias de Washington.
"En Guatemala todo el mundo sabe que los traficantes de personas han estado engañando a la población, sobretodo en las áreas rurales del país, diciéndoles que en EE.UU. están permitiendo que se queden las mujeres que van acompañadas de uno de sus hijos", explica en conversación con BBC Mundo Sergio Morales, periodista del diario guatemalteco Prensa Libre.
Según Morales, "los coyotes también les están diciendo a los niños que pueden ingresar sin ningún problema a EE.UU. y que lo único que tienen que hacer es entregarse a las fuerzas de seguridad".
Alejandro Pérez, periodista del medio guatemalteco Plaza Pública asegura que muchos niños y adolescentes están arriesgando la vida para viajar a EE.UU. por miedo a que las pandillas les maten y por la pobreza que afecta a sus comunidades. Aunque confirma para el medio británico que los rumores de una reforma migratoria en los Estados Unidos están alimentando las esperanzas de unas personas en una situación socioeconómica desesperante, y que por eso se arriesgan a emprender este viaje, muchas veces, sin retorno.
"Los traficantes les venden esta idea a las personas del interior del país. Les dicen que como va a haber una reforma migratoria pueden ir a EE.UU. y convertirse en residentes sin problemas. Les cuentan que cuando lleguen a EE.UU. encontrarán un trabajo y podrán pagar los más de 5.000 dólares" que les piden para ayudarles a pasar la frontera clandestinamente, explica Pérez en una entrevista para la BBC.

Un drama con rostro de niño
Niños se amontonan en un centro de inmigración
Si bien, muchos niños llegan solos y no tienen familiares en Estados Unidos, muchos otros son llevados hasta el país a solicitud de los padres, que ya se encuentran en el país norteamericano.
El drama es fuerte y cualquier solución es delicada: dejar a los niños aquí es para los detractores de una reforma migratoria el equivalente a una amnistía, y deportarlos es para otros una gran falta de sensibilidad. Además las exigencias de mayores recursos para seguridad en la frontera, han crecido.
No hay calificativos para el drama migratorio representado por los rostros de miles de niños inocentes encerrados en los centros de inmigración que siguen acaparando titulares internacionales y que en las últimas semanas ha metido en serios aprietos a las autoridades federales. 
Estados Unidos se enfrenta a la mayor crisis migratoria de las últimas décadas. Miles y miles de niños centroamericanos solos cruzando la frontera, un problema que tiene rostro y voz y que el gobierno estadounidense no ha logrado controlar, desatando una guerra política y social en los estados fronterizos.
La situación está generando un nivel de controversia en el país norteamericano que ha obligado al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, a pedir a los países de origen, tránsito y destino a que respeten los derechos de los migrantes, en especial cuando se trata de menores que viajan sin la compañía de un adulto, en momentos en que los residentes de la localidad de Murrieta, entre las ciudades de San Diego y Los Ángeles en el estado de California, reiteraban su oposición a que el gobierno federal utilice una estación de la Patrulla Fronteriza como centro para menores inmigrantes detenidos al cruzar la frontera.
47.000 menores viajaron solos desde Centroamérica a EE UU en los últimos 6 meses / ATLAS.

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