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sábado, 21 de junio de 2014

Brasil, El drama de la prostitución infantil a la sombra del Mundial


Prostitución infantil, otro problema que opaca... por ecuavisa

Brasil está apunto de ser el primer país en el mundo con mayor incidencia de tráfico y prostitución infantil, en la actualidad el primero es Tailandia. Las autoridades están preocupadas con los eventos internacionales que debe acoger el país, la actual Copa del Mundo, que se inició la pasada semana, y los Juegos Olímpicos de 2016, a celebrar en Rio de Janeiro, durante los que esperan que los índices de explotación sexual infantil se incrementen.
En las doce ciudades que serán sede de los partidos del Mundial de Fútbol de Brasil 2014, el gobierno ha invertido miles de millones de dólares en la construcción y renovación de los estadios de fútbol. Pero a pocas cuadras de estas magníficas construcciones -que están siendo escenario de esperados partidos y la vitrina de Brasil para el mundo- están las favelas donde la miseria, el hambre, el narcotráfico y la drogadicción han generado una prostitución infantil rampante.
Niñas prostitutas en BrasilEn Brasil la prostitución es legal a partir de los 18 años, sin embargo en  el 2012 la Corte Suprema de Justicia brasileña resolvió que tener relaciones sexuales desde los 14 años no es necesariamente una violación. Amnistía Internacional calificó a esa decisión como una luz verde para los violadores y los proxenetas que obligan a los niños a prostituirse.
Según la Unicef, en ese país ya hay cerca de 250.000 menores que venden su cuerpo, pero se prevé que con el Mundial y las olimpíadas, esa cifra aumente drásticamente.
Hace un tiempo, el gobierno brasileño retiró de circulación una pieza de una campaña en redes sociales sobre enfermedades de transmisión sexual, en la que una mujer declaraba "soy feliz siendo prostituta". Fue emitida en el marco del Día Internacional de la Trabajadora Sexual (2 de junio).
No hay una cifra oficial, pero se estima que centenares de miles de niñas y niños -algunos de sólo 10 años- son explotados en el mercado sexual, obligados por las circunstancias, amenazados por proxenetas o atrapados en esa realidad para satisfacer su drogadicción.
El gobierno ha lanzado programas de "pacificación" para limpiar las favelas de las pandillas y los narcotraficantes, y dice haber iniciado programas de capacitación de unidades de protección de la niñez para hacerle frente a ese flagelo.
Además ha destinado unos US$8 millones de reales (unos US$3,3 millones) para luchar contra la prostitución infantil en las sedes mundialistas.
Sin embargo, críticos y activistas alegan que esta inversión social no se compara con el exorbitante costo para preparar el Mundial y que no hay políticas públicas coherentes para combatir un problema que -se anticipa- aumentará con los próximos eventos internacionales que atraeran a numerosos turistas sexuales convencidos de que podrán actuar con impunidad.
Muchas jóvenes utilizan identificaciones falsas para simular que son mayores de edad (CNN).
Muchas jóvenes utilizan identificaciones falsas para simular que son mayores de edad (CNN).
Las comunidades marginadas en Brasil están atrapadas en un círculo vicioso de pobreza, violencia y drogas, la "fábrica donde comienza la prostitución", le explica a la BBC, Andrew Fanstone, miembro de Iris Global, un proyecto de asistencia en las favelas.
"Muchos de los niños ven a sus familiares involucrados en ese negocio. Madres y abuelas recurriendo a la prostitución. Se vuelve una manera de vida, se normaliza", dice Fanstone.
Esa normalización es lo más alarmante para Liliam Sá, presidenta de la comisión parlamentaria sobre la niñez explotada, que viajó a las doce ciudades sedes del Mundial durante sus investigaciones.
"Lo que hemos visto en nuestros viajes nos dejó estupefactos, porque la explotación sexual y el turismo sexual son visibles en Brasil de forma endémica y creciente", dijo tras sus visitas a las ciudades donde se disputa la Copa.
La diputada Sá es severa con el gobierno, pues dice que no ha instituido políticas reales de inspección y prevención. También critica a las fuerzas del orden por su indiferencia, si no complicidad, con el problema.
"Descubrí que la propia policía encubre a estos explotadores, los proxenetas, que pulula la impunidad y también hay una falta de supervisión de parte del estamento judicial", le comentó a la BBC en una entrevista.
La policía niega estas acusaciones y asegura que está dedicando muchos recursos y efectivos a combatir la prostitución infantil.
En lo que sí parece haber acuerdo es en el temor de que, con la llegada del Mundial, el problema de los niños y adolescentes que venden sexo podría exacerbarse.
"Vamos a recibir a millones de turistas en todo Brasil, algunos de los cuales vendrán acá con una idea preconcebida sobre el país que les fue vendida: que el sexo con menores es fácil", advierte Sá.
"Este tipo de explotación sexual es una cruel manera de arrebatarle a un menor su niñez y sus sueños", concluye la parlamentaria. "Son vidas perdidas".
La BBC conversó con tres menores atrapados en esta realidad. A continuación, sus testimonios. 

JOYCE, 14 años. Sao Paulo
Joyce"Consumo drogas. Fumo marihuana. Van a ser dos semanas desde que inhalé cocaína. Cobro 50 reales por servicio (unos 22 dólares)". Ella continúa explicándole la situación al reportero de la BBC, "Va a haber muchos jóvenes vendiendo sexo. Muchas de mis amigas salen a hacer eso. Niñas de 10, 11 años. Hasta niñas de nueve años están saliendo a ofrecer sexo por dinero.
Muchas cosas pueden sucederles a las niñas. Si no hacemos lo que nos piden, nos hacen cosas peores y la situación continúa.
Piden sexo oral, esto y lo otro. Y uno termina haciéndolo debido a las drogas.
Un hombre me golpeó (muestra una cicatriz), me hizo daño porque yo no quería hacer algo que me pidió.
Este no es un lugar para mí, quiero salir de aquí. Entre más rápido, mejor, para que no tenga que hacer esto más. Quiero mejorar mi vida, estudiar, seguir cursos y tener una vida normal".

JOVEN (pidió anonimato), 14 años, prostituido desde los 11 años. Fortaleza
Joven

"¿Cuántos programas (servicios) presto al día? Entre 10 y 20.
Me dedico a esto, en primer lugar, porque mi familia no me acepta. Segundo, porque mis amigos me impulsaron a hacerlo.
Algunas veces no sé si voy a regresar con vida o si voy a morir aquí mismo. Me arrepiento de esta vida, pero ya no puedo echar para atrás.
Tengo tres cafetãos (proxenetas). Ellos lo saben todo, dónde vivo. Si no respondo, harán algo contra mi familia. Es como con los narcotraficantes, matan a toda la familia. Así que tengo que hacerlo, es mi vida.
Si algún día decido no hacer esto más, me matarán y eso será todo. Se acaba mi vida, se acaba mi éxito, todo se acaba.
La policía nos ve haciendo esto y ellos quieren un poco también. Se aprovechan porque soy un muchacho prostituido, somos menores y realmente no les importa: 'Voy a hacerte esto y todo lo demás, y aquí está tu dinero y calla la boca', nos dicen".

GABRIELA, 15 años, engañada con la promesa de un trabajo de camarera en un bar. Rio de Janeiro.

Gabriela

"Cuando llegué aquí, me dijeron la verdad, que tenía que prostituirme y me obligaron a hacerlo. Me amenazaron. Me dijeron que si no lo hacía me golpearían".
Trabajaba de Posto 3 a Posto 4, cerca de los clubes nocturnos que se encuentran en la principal avenida, Avenida Atlántica, de la playa de Copacabana, o en sus calles adyacentes.
Allá, cerca de los clubes, hay gran cantidad de prostitutas. Todas muy hermosas.
Llegó un momento en que me sentí hastiada, quería llorar todo el tiempo.
Lo único en lo que pensaba era en encontrar a mi mamá. Que tenía que encontrar la manera de regresar a casa, tenía que escapar.
"Cuando la vi no pensé que lloraría, pero llegué allá y abracé a mi mamá y lloré. Lloré mucho".
Chicas menores de 18 años son vistas con frecuencia en puntos de prostitución en la ciudad de Recife, en el nordeste de Brasil, una de las 12 ciudades-sede de la Copa del Mundo.
Se calcula que de cada cuatro mujeres que se prostituyen en el estado de Pernambuco, cuya capital es Recife, una de ellas es una niña o una adolescente.
La mayoría de ellas prefieren relacionarse con extranjeros, por eso existe el miedo de que la llegada de turistas de todo el mundo aumente la demanda por niñas o adolescentes, a pesar de las campañas que ha alertado contra la práctica de tener relaciones sexuales con menores. A pesar de todo diversas organizaciones que luchan contra la protistución infantil temen el incremento de la misma durante estos días.
En las áreas de prostitución de numerosas ciudades puede observarse a jóvenes adolescentes vestidas como "atractivas y sexuales" mujeres para atraer clientes.
Aginaide Lynch, coordenadora da associação Criança Feliz, declaró para la BBC, antes del inicio del torneo, "En el Nordeste de Brasil hay turistas que vienen específicamente para eso (turismo sexual), y seguro que durante la Copa esa la búsqueda de niñas o adolescentes crecerá".
Las chicas que se prostituyen dicen claramente que prefieren a los extranjeros que llegan a su país pues son más ricos y generosos que sus clientes brasileños.
En declaraciones para la BBC, Aginaide Lynch comentaba, "Cuando los hombres llegan taxistas y recepcionistas de hotel les ayudan a encontrar jóvenes. La policía acostumbra a estar ausente y ser connivente con el abuso de menores, entonces tenemos que cuidar de ese tema nosotros mismos y sacar a esas niñas de las calles".
Muchas de las jóvenes tienen problemas con las drogas o vienen de familias desestructuradas, lo que ayuda a que entren en el mundo de la prostitución.
De acuerdo con los críticos, autoridades han empujado la prostitución infantil fuera de la vista, pero no han hecho lo suficiente como para erradicar las raíces. "Estas chicas vienen de la extrema pobreza, una cultura de exclusión social y una tradición de falta de respeto por las mujeres", dice Antonia Lima Sousa, una fiscal estatal.
La Hermana María, dell grupo católico Hermanas de la Redención, dice que el junio pasado, durante la Copa Confederaciones, prostitutas menores de edad y niños de la calle fueron recogidos por la policía y llevados a un refugio fuera de la ciudad. Pero después de que terminara el torneo, fueron echados a las calles una vez más. La policía se negó a comentarle a CNN algo para este reporte.
"No están preocupados por que estos niños crezcan en un ambiente saludable, con trabajos y casas, salud y educación", comenta. "Solo los quieren esconder".




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