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jueves, 17 de abril de 2014

Ucrania, La guerra de la desinformación camina en paralelo al incremento de la tensión en el conflicto

Hombres armados han tomado este miércoles el edificio de la alcaldía de la ciudad ucraniana de Donetsk.
Según el corresponsal de la BBC David Stern, los hombres, que iban con los rostros cubiertos, permitieron que continuaran las actividades en el interior del edificio.
Dijeron que permanecerán ahí hasta que el gobierno de Kiev acepte que se lleve a cabo un referéndum para otorgar más independencia a las regiones del este de Ucrania cercanas a Rusia.
Grupos partidarios del gobierno de Moscú han tomado numerosos edificios públicos de ciudades del este de la nación europea en las últimas semanas.
Desde Occidente el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, anunció ayer miércoles el despliegue inmediato de buques, aviones y efectivos terrestres en los países aliados próximos a la frontera con Rusia que se sienten amenazados por la intervención de Moscú en Ucrania, como los bálticos.
"Hemos acordado un paquete de medidas militares adicionales para reforzar nuestra defensa colectiva y demostrar la fuerza de la solidaridad aliada", ha anunciado Rasmussen tras la reunión del Consejo Atlántico en la que han participado los representantes de los 28 Estados miembros.
"Tendremos más aviones en el aire, más barcos en el mar y más operativos en tierra", ha explicado el secretario general de la OTAN, que ha eludido concretar cifras. El despliegue, ha agregado, será "inmediato, lo que significa en cuestión de días".
El gobierno ucraniano desplegó el martes tropas que tienen órdenes de atacar a los separatistas prorrusos del este que no depongan las armas, según el comandante de la operación, mientras que Rusia advertía que Ucrania estaba al borde de la "guerra civil".
Una columna de blindados de miembros de las fuerzas especiales ucranianas se hallaba a unos 40 km al norte de Slaviansk, ciudad símbolo de la reciente ofensiva separatista, en manos de hombres armados sin identificación.
Otro contingente armado, según testigos oculares, llegó en helicóptero hasta un aeródromo a 15 km al sur de la ciudad, que se encuentra así rodeada.
Ucrania "está al borde de la guerra civil, da miedo", advirtió el primer ministro ruso Dmitri Medvedev.
La operación antiterrorista lanzada por Kiev contra los milicianos prorrusos armados ha chocó ayer miércoles con la resistencia de ciudadanos pacíficos en las localidades de Kramatorsk y Sláviansk. Milicianos prorrusos se han hecho con el control de al menos seis blindados ucranianos aunque sin incidentes violentos. Al mismo tiempo, otro grupo armado ha ocupado el ayuntamiento de Donetsk, capital de la provincia del este del país donde la rebelión contra el Gobierno de Kiev se intensificaba esta jornada.
"Seis blindados fueron parados por gente desarmada en la ciudad. Les convencimos para que se pasaran al lado del pueblo de manera pacífica", explicó a Efe Alexandr, un vecino de Kramatorsk, en la región oriental de Donetsk, vecina de Rusia. Poco después, milicianos prorrusos, perfectamente uniformados y armados con fusiles de asalto Kaláshnikov, se hicieron con el control de la columna y la llevaron a Sláviansk, a unos 15 kilómetros al norte, donde aproximadamente un centenar de soldados ucranianos les entregaron sus blindados.
"Se pasaron al lado del pueblo por su propia cuenta, sin que nadie les obligara", ha asegruado en la plaza de Lenin de Sláviansk de unos 120.000 habitantes el comandante de la milicia, que se identifica como Balú y asegura que es oriundo de Crimea.
     Soldados ucranios en un carro blindado en las afueras de Kramatorsk, en la región de Donetsk, el pasado martes      Anastasia Vlasova (EFE).
Ayer, por otra parte, el sonido de los disparos ha estremecido la ciudad oriental de Mariupol, y según informaba el ministro del Interior ucraniano, Arsen Avakov, la Guardia Nacional abrió fuego y abatió a tres personas en un tiroteo que tuvo lugar en esa ciudad del Este de Ucrania. La acción se saldó con otros 13 heridos y 63 detenidos. Avakov ha explicado, a través de su página oficial en la red social Facebook, que esta operación de localización -que dió lugar al enfrentamiento- se inició como respuesta a un "ataque" de manifestantes prorrusos armados a una base del ministerio del Interior ucraniano en la misma localidad.
Según el ministro, cerca de 300 separatistas prorrusos atacaron el edificio con bombas incendiarias después de que las tropas de la Guardia Nacional se negasen a respaldar sus movilizaciones contra el nuevo gobierno pro-occidental del país.
La agencia de noticias Reuters informaba de que las fuerzas del orden ucranianas llegaron a efectuar varios disparos al aire, lo que provocó que los atacantes se retirasen del lugar. Sin embargo, Avakov asegura que inmediatamente después se procedió a la localización y el desarme de "las bandas de asaltantes", lo que dio lugar al trágico tiroteo.
Los medios y la clase política rusa los describe como "seguidores de la federalización". Sus colegas ucranianos, en cambio, los definen como "separatistas". Se trata de miles de activistas que, desde comienzos de abril, ocupan cada vez más edificios administrativos y centrales de la Policía en el este de Ucrania. Muchos de ellos están armados. Exigen que se lleve a cabo un referéndum sobre una federalización de Ucrania para que las regiones rusoparlantes del este del país obtengan poderes más amplios.
Las tensiones se agravan en el este de Ucrania, donde aumentan los incidentes entre los contingentes militares enviados por las autoridades de Kiev y los ciudadanos que, defendiendo un modelo federal o prorruso, se proponen realizar un referéndum (ilegal) de autodeterminación.
Los activistas no quieren un sistema político con una Ucrania unitaria y centralista, con la toma de decisiones establecida exclusivamente en Kiev, y sus demandas no son nuevas, solo que en años pasados nadie las tomó en serio. A fines de enero de 2014, cuando las protestas, en un principio pacíficas, de la oposición fueron opacadas por la violencia, el entonces gobernante Partido de las Regiones puso nuevamente a discusión la idea de una Ucrania federal, que podría evitar la desintegración del Estado. También los comunistas ucranianos piden que el país se federalice. A comienzos de febrero –tres semanas antes de que el expresidente Viktor Yanukovich huyera a Rusia- fue presentado un proyecto de ley al respecto. En el Parlamento, los comunistas son aliados del Partido de las Regiones.
En ese sentido el periódico alemán Deutsche Welle publicaba ayer, "Según encuestas, no hay una clara mayoría a favor de la federalización, pero muchos ucranianos del este quieren que a esos territorios se les dé mayores atribuciones".
Por otro lado el conflicto, en la época de la en tiempo real y online, está entrando en la guerra de la desinformación.
Al mensaje que el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, publicó el martes en Facebook sombrío y lleno de temor. "La sangre se ha derramado de nuevo en Ucrania", o al asustador mensaje de Putin: "La amenaza de guerra civil es inminente", se le contraponen imagenes, supuestamentes falsas, desde el lado de Estados Unidos y sus aliados ucranianos. El martes, por ejemplo, algunos funcionarios estadounidenses distribuyeron fotografías que mostraban manifestantes prorrusos en el este de Ucrania con lanzacohetes. Esas imágenes, sin embargo, no han podido verificarse.
"Es todo mentira", dijo Lilia Shevtsova , una experta en política rusa del Centro Carnegie de Moscú. "A Rusia no le preocupa cómo se percibe su liderazgo en el mundo, donde la información se puede confirmar, contrastar y comprobar".


La misma avalancha de información y desinformación que apareció en el conflicto de Siria, que ahora parece haber perdido su transcedencia internacional, u otros del continente africano, por poner algún ejemplo, está apareciendo en relación al conflicto ucraniano, y los esfuerzos propagandísticos de unos y de otros se centran en situar a cada "bando" en una posición concreta. Desde Occidente como "terroristas y separatistas", desde Rusia "como víctimas de un sistema antidemocrático y nacionalista nacido de un Golpe de Estado".
Estados Unidos afirmó ayer miércoles que cualquier "desestabilización" que se viva en Ucrania es responsabilidad única y directa de las acciones rusas en el país, justo después de que Moscú acusara a Washington de apoyar una "guerra contra el pueblo" al respaldar la operación militar de Kiev.
La actuación de los Estados Unidos en Ucrania está marcada por un "doble estándar": por un lado Washington defendió y apoyó el derrocamiento del gobierno legítimo en Ucrania y por otro considera terrorismo a las protestas que están teniendo lugar en el este del país.
Ucrania necesita un presidente y un nuevo gabinete que sea reconocido internacionalmente. Y si el propósito de Rusia -que no reconoce el gobierno interino de Ucrania, al que acusa, no sin cierta razón, de fascista- y de los Estados Unidos es dificultar esa legitimación, esa sería una gran amenaza para el país.

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