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miércoles, 26 de marzo de 2014

Rusia, ¿La exclusión del país del G-8 representa un nuevo orden mundial?

Los líderes del G7 resolvieron suspender la cumbre de junio en Sochi, como parte de las sanciones contra Rusia. (Foto: AFP)
Los líderes del G7 resolvieron suspender la cumbre de junio en Sochi, como parte de las sanciones contra Rusia. (Foto: AFP).
El G7 está de regreso después de que los líderes de los países más industrializados del mundo, agrupados en el denominado G8, decidieran excluir a Rusia ayer lunes.
Bajo el liderazgo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, los presidentes del grupo -que también incluye a Alemania, Canadá, Francia, Japón, Italia y Reino Unido-, se reunieron en La Haya sin la delegación rusa, en represalia a la anexión de Crimea por parte de Moscú.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, aseguró que la decisión no es una "gran tragedia" para su país.
Lo cierto es que los acontecimientos en Ucrania han cambiado profundamente las percepciones occidentales con respecto a Rusia y es muy difícil imaginar un retorno rápido a la normalidad.
Al llegar a Holanda para la cumbre, el presidente Barack Obama dijo que EE.UU. y Europa se unieron en la imposición de sanciones que traería "consecuencias significativas para la economía rusa".
Michael McFaul, exembajador de EE.UU. en Moscú, escribió que el presidente Putin "se aprovecha de la confrontación con Occidente ... (y) ha hecho un giro estratégico".
Sin embargo, Carl Bildt, ministro de Relaciones Exteriores de Suecia , dijo en Twitter que el pronóstico sombrío del señor McFaul estaba subestimando el problema ya que el presidente ruso estaba "construyendo sobre ideas ortodoxas profundamente conservadoras".
Cuando los responsables de las buenas relaciones entre Oriente y Occidente están en estos términos, se sabe que no es flor de un día.
¿Será que esto es el inicio de una segunda Guerra Fría o simplemente un reajuste, de mayor o menor intensidad, de la política mundial?
La respuesta a esto va a depender en buena parte de las decisiones que se tomen en los próximos días: una invasión del este de Ucrania podría activar una guerra a gran escala, pero la consolidaciones de la mano firme en Crimea, con acciones encubiertas apoyando a grupos militantes rusos en Donetsk o Járkov, crearían un dilema aún más difícil para los gobiernos occidentales. También una actitud más beligerante con respecto a Transnistria por parte de Rusia podría complicar la situación actual.
Sin embargo, dado que el Kremlin no sólo parece tener poca intención de cambiar su posición sobre Crimea, sino que además ha abierto la posibilidad de una intervención de apoyo a los rusos en Moldavia, o en las repúblicas del Mar Báltico (miembros de la OTAN después de todo), es evidente que el nuevo clima de tensión no va a disminuir rápidamente, y que además puede, aunque no parece fácil, empeorar.
Hasta ahora, la percepción pública de la dependencia europea del comercio de Rusia ha llevado a muchos a suponer que es poco probable que se tomen sanciones significativas.
Pero quienes tienen ese punto de vista, podrían estar subestimando el grado en que los líderes europeos ya están de acuerdo (hasta ahora en privado) para tomar medidas más duras. O el grado de culpa que tienen por no haber actuado con mayor eficacia hace años, según señala la BBC.
Las "medidas específicas" promulgadas hasta la fecha por EE.UU. y la UE simplemente penalizan a algunos amigos de Putin y sus aliados políticos. Las sanciones que en principio fueron acordadas por líderes de la UE la semana pasada contra empresas rusas, nos podría llevar a territorio de auténtica guerra comercial.
La semana pasada también, la Comisión Europea se comprometió a intensificar el trabajo para reducir la dependencia energética de Rusia. Y es en este área en la que los líderes europeos han mostrado su resentimiento por haber sido engañados por Putin y haber permitido que las cosas volvieran a la normalidad.
La interrupción del suministro de gas ruso en 2006, y la guerra de 2008 con Georgia, fueron los eventos que llevaron a promesas anteriores para reducir la dependencia energética.
Pero en aquel entonces, privadamente muchos culparon a Georgia por provocar a los militares rusos y no pudieron esperar para volver a hacer negocios con la economía BRIC (Brasil, Rusia, India y China), de los países en auge.
Rusia representa el 7% de las importaciones europeas, pero a la inversa, lo que se importa desde el país para el resto del continente, representa un 21% del comercio de ese país.
Hasta dónde va todo esto, incluso sin necesidad de una acción militar de Rusia contra Ucrania o Moldavia, sigue sin estar claro.
Ayer, lunes 24, los líderes de Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Estados Unidos, Canadá y Japón declaraban que se reunirán el próximo mes de junio, en un nuevo formato G7 en Bruselas (y no en Sochi como se tenía previsto), apartando a Rusia.
"La G8 es un club informal en el que no se puede sacar a nadie por defecto", declaró Lavrov , quien dijo que si Estados Unidos y sus aliados creen que el formato en sí mismo está agotado, "Moscú no va a aferrarse a él"
El funcionario ruso también señaló que se deberían respetar el derechos de Crimea. "Debería reconocerse que tiene derecho a la autodeterminación", y subrayó que esta decisión "ya tomó efecto tanto para el pueblo de Crimea como para Rusia".
Por otra parte, el ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, calificó hoy como "precipitada" y "antihistórica" la exclusión de Rusia del Grupo de los Ocho países más desarrollados, por la anexión de Crimea a Moscú.
"Me parece antihistórica y contraproducente la decisión de los líderes reunidos en La Haya de excluir a la Federación Rusa del G-8", declaró el ex jefe del gobierno italiano en una nota.
Putin también ha encontrado una aliada inesperada en la presidenta argentina Cristina Kirchner. Según recogía el diario Clarín, "Los presidentes Cristina Kirchner y Vladimir Putin hablaron esta mañana por teléfono, supo Clarín de altas fuentes diplomáticas.
Aunque el contenido de la conversación no fue aún divulgado, este diario sabe que hablaron de temas internacionales y bilaterales. Aunque por el conflicto de Malvinas el Gobierno no apoyo la secesion de Crimea de Ucrania, Crlstina crítico lo que definió como el "doble standard" de las otras potencias ante la crisis por Crimea.
Y aunque no lo ha dicho Cristina es critica de las sanciones contra Rusia".

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