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lunes, 3 de febrero de 2014

Costa Rica, Tras unas elecciones muy reñidas, el 6 de abril sus ciudadanos elegirán, en segunda vuelta, el nuevo presidente

Barras partidarias
Luis Guillermo Solís y Johnny Araya. ( Mayela López y Mario Rojas.).
Ayer hacia el final de la tarde en Costa Rica, los costarricenses desfilaban por las principales arterias de la capital haciendo sonar las pitoretas (como se denomina popularmente a las bocinas de los autos en el país) de sus vehículos y ondeando las banderas de sus agrupaciones políticas.
Simpatizantes, mayoriamente del Partido Acción Ciudadana (PAC) y del Frente Amplio, se fueron concentrando, a la espera de los primeros resultados oficiales, en las inmediaciones de la rotonda de la Fuente de la Hispanidad, en San Pedro de Montes de Oca, en una situación que marcaba una radical diferencia con las últimas elecciones, en las que reinó una gran apatía.
Un tercer gobierno consecutivo del PLN o el primer gobierno del PAC. Ese es el dilema que los costarricenses tendrán que definir el próximo 6 de abril cuando Johnny Araya y el opositor centrista Luis Guillermo Solís (Partido Acción Ciudadana, PAC) se enfrenten en la segunda ronda electoral en la historia del país. Este politólogo superó de manera sorpresiva a todos sus rivales, y con ello tiró por los suelos el sueño del Frente Amplio, con su candidato José María Villalta, el joven que materializó la primera opción real de la izquierda de llegar al poder en este país centroamericano de democracia estable y de economía abierta, de convertirse en una alternativa real al actual gobierno.
Solís, historiador de 55 años, candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), no solo pasó a la segunda ronda sino que superó al candidato del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), por 30,8% contra 29,6%, tras ser escrutadas el 79,5% de las mesas, según el Tribunal Supremo Electoral.
Unos 20 mil votos por encima de Johnny Araya, que hace tres meses era el favorito, pero al final no pudo sacudirse de los reclamos populares contra el gobierno de Laura Chinchilla, según su propia justificación.
Por segunda vez en su historia, ninguno de los candidatos logra el 40% mínimo para triunfar en primera vuelta. 
"Gobernaremos, gobernaremos Costa Rica. Ni un paso atrás, sólo adelante (..) vamos a ganar porque somos un pueblo que decidió cambiar", dijo Solís desde una tarima instalada en su casa de campaña, en el este de San José, ante miles de seguidores que lo ovacionaban y ondeaban banderas con los colores rojo y amarillo del PAC, según publica el diario costarricense La Nación.
Poco antes, Araya, alcalde de la capital San José entre 1998 y 2013, de 56 años, que desde temprano se había mostrado triunfalista, reconoció que se deberá enfrentar a Solís en el balotaje, contra los pronósticos de todas las encuestas que señalaban al izquierdista José María Villalta como su principal rival.
"No hay duda de que el resultado electoral nos muestra que todavía no hemos dado señales suficientemente claras ante el pueblo de que nosotros queremos rectificar, que queremos un cambio responsable en Costa Rica", dijo, por su parte, el candidato oficialista Araya, aludiendo a que fue afectado por el desgaste de ocho años de gobierno del PLN y sobre todo por la impopularidad de la presidenta Laura Chinchilla.

José María Villalta  recibió los primeros resultados en la casa de su madre en  Tres Ríos. Luego se trasladó a un parqueo privado en Barrio Tournón, en San José, donde dirigió  un discurso a sus simpatizantes. | EYLEEN VARGAS.
José María Villalta recibió los primeros resultados en la casa de su madre. EYLEEN VARGAS (La Nación).

Con el duelo Solís-Araya, se queda sin opciones Villalta (Frente Amplio, el diputado rebelde que aprovechó el malestar con la política tradicional y fue creciendo en las encuestas hasta preocupar a círculos de empresarios y grupos conservadores. Temían que Costa Rica se sumara a la lista de países que integra la "nueva izquierda" de América Latina. Más en concreto: temían que Villalta importara el "chavismo" o el "comunismo", mensaje que caló en parte de los 3,1 millones de electores.
Al final, no logró cerrar las elecciones como esperaba, sin embargo consiguió el apoyo de un 17% de los votantes, con lo que logró un notable incremento de su fuerza legislativa, pues él es ahora el único diputado y en el próximo cuatrienio el Frente Amplio tendrá nueve.
Tras conocer la cifra, Villalta se dirigió a sus partidarios en un parqueo en Barrio Tournón, en San José, donde aseguró que la campaña del miedo influyó en los indecisos, sobre todo en el Valle Central.
"El PAC (Partido Acción Ciudadano) aprovechó hábilmente la campaña del miedo para crecer. Creo que eso fue lo que pasó en esta elección... Aquí se ha repetido la configuración del referéndum del TLC del 2007", recalcó Villalta, mientras el público replicaba: "¡Aquí no hay miedo, ya no más Liberación Nacional!", según recoge la prensa costarricense.
"Cuando el Frente Amplio empezó a crecer, nuestro sueño se desbordó. Tenemos un futuro grande y promisorio, juventud, creatividad, fuerza. Aquí no hemos perdido nada. Estamos creciendo. Pasamos de 70.000 votos a cientos de miles de votos. Tenemos nueve diputados y daremos la lucha", enfatizó Villalta.
Sobre la segunda vuelta a celebrarse el próximo 6 de abril, el líder frenteamplista manifestó que todavía no tiene un favorito.
"Costa Rica se debatirá entre una derecha que roba y otra que no lo hace. Lo único que sé es que no votaré por Liberación", afirmó.
Alegría en San JoséPor Villalta, por la fuerza que logró Solís y por la postura revisionista del candidato oficialista del Partido Liberación Nacional (PLN, fundado como socialdemócrata), la política ha hecho un leve viraje hacia el centro en este país aún orgulloso de sus logros sociales, como la sanidad social, la educación pública y las garantías laborales. Sin embargo, la desigualdad social ha crecido en la última década más que en otro país de América Latina, la pobreza se estanca en 20% y el desempleo ronda 10%, a pesar de la creciente apertura económica y las cifras relativamente sanas de producción, aunque el déficit fiscal supera el 5%. Tanto el PLN como el PAC proponen hacer reformas fiscales que permitan elevar la recaudación.
Fuera de la contienda han quedado el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), que formó parte del extinto bipartidismo de la segunda mitad del siglo XX y el Movimiento Libertario, cuyo candidato Otto Guevara también debió forzar su mensaje de liberalismo radical hasta presentarse como un "liberal de centro", con principios cristianos, según él.
Todas las opciones políticas planteaban un cambio, con más o menos contundencia, después de dos gobiernos seguidos del PLN con una Asamblea Legislativa atomizada, durante los cuales se redujo la confianza popular en el sistema político.
Este descontento ciudadano con la política tradicional puede haber sido una ventaja para el opositor Luis Guillermo Solís, quien nunca antes ha optado por cargos de elección y solo ha ocupado puestos de segunda línea en dos gobiernos del PLN, organización en la que militó hasta hace ocho años. Se le ve como un rostro nuevo, tanto como que al comenzar esta campaña solo lo conocía uno de cada seis ciudadanos.
Sin dinero ni el favor de las encuestas para obtener créditos y financiar la campaña, los abundantes debates en medios de comunicación le permitieron darse a conocer y presentarse como una opción moderada. Ahora, sin embargo, apuesta por alianzas para enfrentar la maquinaria de organización del PLN. "No habrá en las próximas semanas transacción que no se conozca, como siempre ha sido el caso en el PAC, por encima de la mesa", dijo exaltado en su discurso.
Araya también abre los brazos a alianzas con otras agrupaciones, conciente de que con solo la fuerza del PLN se expone a sufrir una derrota como la que sufrió en el 2002 su hermano y actual asesor, Rolando Araya, quien pasó segunda ronda y cayó derrotado contra Abel Pacheco (PUSC), en una elección que marcó el fin del bipartidismo y el inicio de un sistema más centrado en resolver el dilema de los tradicional o lo alternativo.
Para el periodista de BBC Mundo, Arturo Wallace, "el resultado del balotaje es muy difícil de predecir y todo dependerá de la capacidad de los candidatos para establecer alianzas".
Wallace añade además que la posibilidad de que el país centroamericano dé un giro hacia la izquierda todavía sigue viva, "pues el tercer lugar de José María Villalta es el mejor resultado de la izquierda tica en muchísimo tiempo y los simpatizantes del Frente Amplio podrían terminar siendo decisivos en la segunda vuelta".
Quien gane en la segunda vuelta, y se convierta en el nuevo presidente de Costa Rica, se encontrará con un Congreso fragmentado en una diversidad de fuerzas políticas de distinta naturaleza.
Cabe recordar que en estas elecciones también se votaba para elegir a los miembros de la Asamblea Legislativa. De los 57 diputados que la conforman, y según datos preliminares del Tribunal Supremo de Elecciones, el PLN alcanzaría 18 escaños y el PAC un total de 13, lejos de aspirar a una mayoría.
En el tercer lugar se sitúa el izquierdista Frente Amplio, que logrará llevar a la Asamblea nueve legisladores, la cifra más alta de su historia, mientras que el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) suma ocho diputados y el derechista Movimiento Libertario, cuatro.
El resto de escaños se dividen entre partidos minoritarios.

Luis Guillermo Solís (c) festeja su paso a la segunda vuelta / Jeffrey Arguedas (EFE)

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