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lunes, 27 de enero de 2014

Ucrania, La tensión se extiende por todo el país con la toma de edificios públicos

Manifestantes contra el Gobierno asaltan la Casa Ucrania, en el centro de Kiev, donde se habían refugiado los antidisturbios. Foto: Vasily Maximov.
Las protestas contra el gobierno en Ucrania se extendían ayer por todo el país, con la toma de edificios gubernamentales, además de nuevos enfrentamientos, en Kiev y otras ciudades, tras la negativa de la oposición a la propuesta del presidente, Viktor Yanukovich, de participar en el gobierno. El país parecía anoche al borde de la guerra civil.
Yanukovich se mostraba acorralado mientras grupos opositores que desde hace semanas se manifestaban en la capital ahora comenzaron a ocupar distintas sedes del poder.
Ayer, poco después de la negativa de la oposición a las concesiones del presidente, algunos miles de militantes irrumpieron en la "Casa Ucrania", el ex museo de Lenin en el centro de Kiev, a unos 500 metros de la plaza Maidan, corazón de la protesta "europeísta", ahora básicamente en contra del gobierno, donde la policía y opositores se enfrentan violentamente desde hace más de una semana.
Dentro del edificio estaban atrincherados cerca de 200 agentes de las fuerzas especiales y la lucha fue, una vez más, violenta.
Cientos de insurgentes bloquearon el acceso al edificio y rompieron los vidrios de las ventanas de la planta baja lanzando bombas molotov contra los agentes.
Los policías se refugiaron detrás de sus escudos y respondieron al asalto con granadas de aturdimiento, sin lograr tener una buena respuesta contra una multitud enfurecida pero bien organizada.
Por la noche, decenas de manifestantes tomaron el control del Ministerio de Justicia, en el centro de Kiev, sin encontrar resistencia, según testigos. Ningún representante de las fuerzas del orden estaba en el edificio, situado a pocos metros de la zona de la capital ocupada por los manifestantes.
Sólo tres vigilantes estaban en el lugar en el momento del asalto y no opusieron resistencia, dijo un manifestante encapuchado que no quiso identificarse.
En tanto, continuaban los ataques contra los palacios de poder en el resto del país: hasta anoche, 14 de las 25 sedes de los consejos regionales estaban ocupadas o bloqueadas por los manifestantes.
Se trata, sobre todo, de las regiones del oeste, más pro occidentales, aunque la protesta también se extiende al este, tradicionalmente más cercano a Rusia.
La cadena de ocupaciones de edificios oficiales en Kiev está empezando a condicionar la agenda política. La ministra de Justicia de Ucrania, Elena Lukash, ha amenazado esta mañana con imponer el estado de emergencia en caso de que los manifestantes que ocuparon anoche su Ministerio no lo abandonen en las próximas horas.
En declaraciones ofrecidas a los medios locales, Lukash ha indicado que pedirá al Consejo de Seguridad Nacional y Defensa que introduzca la medida en caso de que no se satisfaga su petición. Algunos asaltantes han dicho desde el interior del edificio que en la práctica el país ya está en estado de emergencia y que no piensan irse.
En todo caso, tras casi 24 horas de ocupación, el grupo de encapuchados, pertenecientes al grupo nacionalista Spitna Sprava, han dejado por fin el edificio, pero seguirán delante de la puerta bloqueando su acceso y su líder ha dicho que están dispuestos a tomarlo de nuevo si no hay avances. 
"Solo aceptaremos una solución sin el presidente", afirmó Alexander Danilyuk. Un asesor económico de 32 años que lidera el comando rebelde en el ocupado Ministerio de Agricultura, junto al bulevar. Su organización, Spilna Sprava (Causa Común), es una de las muchas nuevas agrupaciones que han surgido en torno al Maidan.
La toma del Ministerio de Justicia, abandonado hace escasas horas, ha sido criticada incluso por Svoboda, un partido nacionalista que es el más radical de las fuerzas opositoras.
La ocupación de edificios públicos, las barricadas a base de bolsas de plástico rellenas y las tiendas de campaña en medio de esta metrópolis ponen de manifiesto que Yanukovich está perdiendo el control de la capital.
De esta forma, en las casas sindicales y otros edificios públicos la gente descansa en colchonetas y sacos de dormir. Así, médicos, cosacos y eclesiásticos ayudan a poner orden en medio del caos.
Los periodistas son los únicos que reciben autorización para adentrarse en sus dependencias, que se encuentran en buen estado, ya que los manifestantes se han comprometido a garantizar la seguridad de sus archivos.
Mientras algunos manifestantes respondían a quienes les tachaban de radicales. "¿Extremistas? Soy licenciado universitario. Tengo más preparación intelectual que muchos ministros. Los bandidos son ellos", aseguró un ciudadano de unos cuarenta años a la puerta del Ministerio recien tomado.
Funeral por uno de los muertos en las protestas de Kiev. EFE.
La resistencia popular a Yanukóvich es una máquina engrasada de desobediencia civil que tanto es capaz de organizar la construcción de una barricada en apenas unos minutos como la captura de unos provocadores o la toma de un edificio. Como ejemplo, decenas de personas se dedicaron durante horas hasta la caída de la noche a romper la gruesa costra de hielo que cubría al adoquinado de la plaza de Europa con el fin de llenar los sacos de nieve para las barricadas. 
Mientras la oposición ucrania seguía ampliando el espacio bajo su control en provincias y en Kiev, el presidente Víctor Yanukóvich realizó una jugada por sorpresa y ofreció los puestos de primer ministro y viceprimer ministro responsable de cuestiones humanitarias a Arseni Yatseniuk y Vitali Klichkó, respectivamente. Ambos rechazaron la propuesta al dirigirse por la noche a los manifestantes en la plaza de la Independencia de Kiev. "A nuestra propuesta de derogar las leyes dictatoriales, Yanukóvich respondió con la propuesta de introducir modificaciones. Mantendremos nuestras posiciones en el Maidán y en las regiones", proclamó Klichkó, el líder del partido UDAR (Golpe). "Estamos dispuestos a asumir esta responsabilidad [de gobierno] y llevar al país a la Unión Europea", dijo a su vez Yatseniuk. Los opositores reclaman, sobre todo, la convocatoria de elecciones presidenciales este año y no el próximo, como está previsto.
En Kiev la revuelta mantiene bajo su control el Ministerio de Agricultura, el Ayuntamiento, la "Casa de los Sindicatos", la sala exposiciones llamada "Casa Ucrania" y un pequeño palacete para actos sociales dependiente de la Presidencia.
Una joven ucraniana de 22 años que estudia en España, identificada solo como A.T, explicaba para un medio español que efectivamente el pueblo ucraniano está dividido pero que no existe una clara mayoría europeista como pensamos. "Un 60-40 aproximadamente" asegura A.T que nos muestra otra visión de la vida política en su país: "Si preguntas a quienes se inclinan por Rusia te dirán que Yulia Timonshenko estafó millones al país y que por eso está en la cárcel, no por ser política, sino por robar". "También te dirán que Yanukovich está haciendo una labor importante, grandes reformas y sobre todo es apreciado por luchar duramente contra la corrupción", concluía esta joven.
Desde noviembre, la oposición está movilizada contra el presidente, al que reprocha haber renunciado a un acuerdo de cooperación con la Unión Europea a favor de un acercamiento con Moscú.
"Si no se cumplen nuestras exigencias de restablecer el orden constitucional (volver a la Constitución de 2004), organizar elecciones presidenciales y parlamentarias, y se detiene el terror contra el pueblo ucraniano, tomaremos todos los edificios administrativos y sólo permitiremos que entren aquellas personas que sean directamente responsables de la vida y la salud de las personas", ha escrito en su página de Facebook el coordinador de Spilna Sprava, Alexánder Danilyuk.


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