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martes, 21 de enero de 2014

Siria, Una conferencia de paz con pocas esperanzas

Bashar Al Assad, presidente de Siria.Los países occidentales subrayan la gran importancia de una conferencia de paz para Siria. La conferencia en 2012 no tuvo un éxito palpable. Ahora le sigue "Ginebra II", pero las posibilidades de lograr la tan deseada paz son prácticamente nulas.
El acuerdo de mayo de 2013 entre John Kerry, secretario de Estado de los EE.UU. y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, para poner en marcha un nuevo proceso político, Ginebra II, parecían significar una importante oportunidad. Una oportunidad que, sometida a una intensa presión, ya ha languidecido.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier declaró, hace unos días, en el Parlamento alemán, "Estamos muy lejos de la paz".
A través del acuerdo sobre la destrucción de armas químicas en Siria no sólo se "impidió" que el conflicto siguiera escalando, algo que parecía inevitable, sino que, además, se quebró por primera vez el bloqueo en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y EE. UU. y Rusia se mostraron, en principio, dispuestos a una cooperación parcial. Sin embargo la exclusión de Irán, principal aliado del régimen de Damasco, por presiones de Estados Unidos y de los grupos de oposición sirios contrarios a su presencia, vuelve a dejar en inexistentes las posibilidades de un acuerdo de paz para la zona.
En ese sentido, Rusia criticó la decisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de excluir a Irán de la conferencia de paz sobre Siria que se llevará a cabo desde mañana miércoles.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergie Larvrov, señaló que la presencia de Irán era esencial para garantizar el éxito de la reunión, que se conoce como Ginebra II y se iniciará mañana en la ciudad de Montreux para luego mudarse a Ginebra.
A pesar de las palabras del secretario general de las Naciones Unidas, "Creo firmemente que Irán debe ser parte de la solución a la crisis siria" aseguró Ban Ki-moon, finalmente la reunión se celebrará sin su presencia.
Teherán, por su parte, calificó de deplorable el cambio de rumbo de la ONU.
En Ginebra II se reunirán por primera vez representantes del gobierno sirio y de la principal alianza opositora, la Coalición Nacional de Siria (Cnfros), aunque con la ausencia de otros grupos de la oposición que se han desmarcado de la CNFROS.
Este grupo, que preside el opositor Ahmad Jarba, había amenazado con no asistir si se mantenía la invitación a Irán. 
Sergei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, ha asegurado que supone "un error" aunque no llega a ser una "catástrofe" la ausencia de ese país.
Lavrov recalcó que los objetivos de la CNFROS, para que Ginebra 2 concluya necesariamente con un cambio de régimen en Siria, no coinciden con lo acordado en las negociaciones ruso-estadounidenses previos a la conferencia de paz.
La guerra civil siria inició en marzo de 2011 con unas protestas pacíficas que pedían una serie de reformas y acabó tornándose en un violento conflicto cuando el régimen de Bachar al Assad las reprimió brutalmente. A lo largo de casi tres años, el conflicto se ha cobrado centenares de miles de víctimas y ha devastado la economía del país.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, subrayó el pasado miércoles, en una conferencia organizada para recaudar fondos destinados a los civiles sirios, que casi la mitad de la población necesita ayuda humanitaria, y que su situación sigue empeorando.
Según el Observatorio sirio de los Derechos Humanos, al menos 130.000 personas (de ellas 4.600 mujeres y 7.000 niños) han sido asesinadas desde marzo de 2011. Solo en 2013, año en el que se concentra el mayor número de víctimas, murieron 73.000 personas.
Según los datos de la ONU, el número de refugiados sirios en los países vecinos se ha cuadruplicado en un año, desde los 588.000 a finales de 2012 hasta los 2,4 millones en el mismo periodo de 2013.
Más de 905.000 de ellos se encuentran en Líbano, un país cuya población total asciende a 4,5 millones. Otros 575.000 refugiados viven en Jordania, 562.000 en Turquía y 145.000 en Egipto.
Valerie Amos, secretaria general de Asuntos Humanitarios de la ONU, quien ha definido la situación de Siria como "catastrófica", ha declarado que unos 245.000 sirios están sitiados en su propio país y encaran graves dificultades, empezando por la imposibilidad de obtener comida.
Según las agencias que ofrecen ayuda, 10,5 millones de sirios padecen la escasez de comida, más de un millón de niños con menos de cinco años padece malnutrición grave, alrededor de la mitad de la población no tiene acceso a fuentes de agua adecuadas o infraestructuras sanitarias y 8,6 millones no tiene suficiente asistencia sanitaria.
"Casi todos los sirios están afectados por la crisis, el PIB ha caído en un 45% y la moneda (la libra siria) ha perdido el 80% de su valor", ha especificado Amos.
Después de tres años de guerra, Siria corre peligro de desintegrarse como país en medio de las luchas entre los diferentes grupos étnicos y regiones. Además, países limítrofes, como Turquía, Líbano y Jordania ya se ven superados con las oleadas de refugiados sirios. 
La visión de Siria ha cambiado en Occidente tras las críticas por el uso de armas químicas por parte de las tropas de Bashar Al Assad, y su aprobación al desmantelamiento de las mismas, así como por las luchas internas que dividen a combatientes opositores al Gobierno del presidente sirio Bashar al Assad, con otros grupos rebeldes ligados a Al Qaeda.
Si bien el presidente sirio no es una garantía para recuperar la paz, "una situación sin Assad se presenta hoy como más peligrosa y difícil que al comienzo de la guerra", declaraba Phillip Mißfelder portavoz de Relaciones Exteriores del partido alemán Unión Demócrata Cristiana (CDU).

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