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sábado, 5 de octubre de 2013

Chile, Hoy hace 25 años, el pueblo le dijo NO a Pinochet

 Comando del No
Un día como hoy, hace 25 años, el pueblo chileno fue convocado a las urnas, con una sola palabra para marcar en sus papeletas, en un plebiscito para decidir si Pinochet seguía en el poder hasta el 11 de marzo de 1997.
Era el 5 de octubre de 1988, y de acuerdo con la Constitución de 1980, el día en que los chilenos debían decidir con su voto si la dictadura de Pinochet continuaba ocho años más, a partir del 11 de marzo de 1989, o se le ponía el punto final a un gobierno militar que había asesinado, torturado, hecho desaparecer a miles de chilenos y provocado decenas de miles de violaciones de los derechos humanos.
"En la Constitución original de Pinochet él pretendía estar en el poder 16 años (hasta 1997) y su ministro del Interior le dijo: 'Esto es demasiado, por qué no hacemos un plebiscito al medio (1988)'. Y ese fue el origen del plebiscito", le explica el ex presidente de Chile Ricardo Lagos a BBC Mundo.
Eran cerca de 7,5 millones de personas con derecho a voto, y en las mismas estaba el poder de decisión de comenzar un nuevo período en la vida de los chilenos.
Si o No, estas eran las únicas dos opciones posibles aquel 5 de octubre. Un corta palabra que podría significar la continuidad del régimen o el cese del mismo. El resultado fue de 44,01 % por el y de 55,99 % por el No. 
NO, como dice la BBC, "un vocablo que se volvió histórico en Chile y el mundo ya que significó el primer "derrocamiento" por la vía democrática de un gobierno de facto: el de Augusto Pinochet".
Si ganaba la opción  del No, es decir, no se aprobaba el candidato propuesto, el período presidencial de Augusto Pinochet se prorrogaría por un año más, hasta el 11 de marzo de 1990, al igual que las funciones de la Junta de Gobierno, y vencido dicho plazo tendrían plena vigencia las normas permanentes de la Constitución. Para esos efectos, noventa días antes de la expiración de la prórroga del mandato presidencial, se debía convocar elecciones para elegir el presidente de la República y los miembros del Parlamento.
Para la mayoría de analistas el plebiscito fue clave para la recuperación de la democracia en Chile y, especialmente, "permitió hacer una transición pacífica".
Tras la legalización de los partidos políticos no marxistas en 1987, a principios de 1988 se formó la "Concertación de partidos por el No", una coalición de centroizquierda con un solo objetivo: derrotar a Pinochet por sus propios medios. "Nuestro principal adversario no era Pinochet sino el miedo. Una población que no se quería inscribir ni ir a votar que No por miedo a las represalias", le dice Eugenio Tironi, director de contenidos de la campaña del No a BBC Mundo. "Descartamos el discurso revolucionario y rupturista y desarrollamos una estética muy Ghandiana, pacifista, unificadora, muy bella, minimizando el significado mismo del plebiscito y del voto No", añade el mismo.
"Yo sabía que mi padre iba a perder", indicó Jaqueline, la hija de Pinochet, a las cámaras del noticiario chileno "Ahora Noticias", en uno de los tantos testimonios respecto a ese momento histórico para el país.
Uno de los hechos, hasta ahora poco conocidos del plebiscito, que será expuesto en el reportaje del canal chileno de televisión Mega, tiene relación con las gestiones que se realizaron en Chile para que no fuera difundida una encuesta publicada en Estados Unidos acerca de los posibles resultados electorales.
"Fue una lucha de David contra Goliat. El primer objetivo fue derrotar el miedo y lograr que después de años sin elecciones y represión, los chilenos se inscribieran en los registros electorales, destruidos por la dictadura y que pasaban a ser voluntarios. "La etapa más complicada fue que tuvimos que convencer a los chilenos a que se inscribieran en los registros", relata a la AFP Patricio Solari, miembro del comité ejecutivo de la campaña del NO. "Había miedo, desconfianza y una absoluta ausencia de fe en la posibilidad de que el régimen reconociera una derrota", agregó", publica el diario chileno El Comercio en su página digital.
"Bajo el eslogan "Chile, la alegría ya viene", pequeñas imágenes publicitarias, mucho humor y la presencia de figuras vetadas por el régimen, se transmitió a los chilenos que era posible derrotar a la dictadura. "La franja fue importante porque fue muy ingeniosa, creativa y diferente", relató Solari. "La campaña le dio seguridad a la gente que aún tenía temor para confirmar emocionalmente una opción que ya se tenía tomada", dice por su parte Garretón, autor del libro "El plebiscito de 1988 y la transición a la democracia"", señala el reportaje en el periódico chileno.
Finalmente el pueblo superó los miedos, de 15 años de dictadura, y dijo NO a la continuidad de Pinochet al frente del gobierno del país.

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