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miércoles, 2 de octubre de 2013

Argentina, Figura conocida como "ñoqui", trabajador en nómina que solo se presenta para cobrar, llegó a reunir 2,2 millones de pesos

Según recogía el periódico argentino Clarín, un empleado estatal en Río Negro, que en teoría cumplía labores de bibliotecario en la Biblioteca de la Legislatura provincial en Viedma, cobró su sueldo de 23 mil pesos mensuales durante ochos años hasta totalizar 2,2 millones de pesos, unos 380 mil dólares, sin jamás realizar trabajo alguno. Una investigación interna llevada a cabo por el Tribunal de Cuentas determinó que Roberto Entraigas no había pisado en casi 10 años la biblioteca en la que debería desempeñar sus funciones como adscripto desde 2004. Tomando en cuenta esta situación irregular e insólita, el organismo resolvió su censantía días atrás.
El informe, firmado por la presidenta del organismo, Erika Acosta, explica que Entraigas cobró durante ocho años aunque "no prestó servicio alguno". La historia tiene otros elementos kafkianos. Originalmente, Entraigas integraba el equipo del Tribunal de Cuentas durante la gestión radical, que era dirigido entonces por Pedro Casariego, Carlos Malaspina y Daniel Bossero. Pero debido a una serie de procesos judiciales en su contra, devenidos de su paso por del Ministerio de Educación de la provincia, donde habría malversado fondos, se decidió que fuera trasladado a la Biblioteca de la Legislatura. Fue la última vez que se supo de este empleado. Desde entonces en 96 ocasiones le entregaron su cheque.
"Entraigas era objeto de procesos que nosotros habíamos iniciado dentro del Tribunal de Cuentas por diferentes cuestiones, lo que hacía incompatible que prestara servicios en el mismo ámbito en que era investigado. Ese es el motivo por el cual se requirió a la Legislatura -órbita en la que está el organismo de control- que se lo adscribiera. También se estaba sustanciando a Entraigas una causa penal, vinculada a sus funciones cuando se desempeñó en el Ministerio de Educación de Río Negro, otra razón más para que no cumpliera funciones en el Tribunal de Cuentas”. reconoció el doctor Pedro Casariego, ex vocal del Tribunal de Cuentas en una carta que hizo pública esta semana.
Según pudo averiguar este diario, los empleados de la biblioteca tenían temor a ser castigados debido a este caso. "Ellos nunca supieron quién era Entraigas, pero estaban preocupados de que se los culpara a ellos por no controlar su asistencia", le dijo una fuente legislativa a este diario. En su descargo, el agente aseguró que estuvo "prestando servicios a las órdenes de la autoridad en el bloque del radicalismo y las distintas comisiones lo cual tampoco se ha podido corroborar", dice el expediente.
"Cuando la actual presidenta del Tribunal Erika Acosta asumió sus funciones en 2011 se hicieron las fiscalizaciones de rutina con el personal para saber las actividades de cada uno. Ahí saltó este caso. Porque Entraigas figuraba como parte del Tribunal aunque había sido trasladado a otras dependencias. Yo hablé con él, le dije cómo estaba la situación y que tenía que justificar su actividad. Como no pudo hacerlo, se le inició el proceso (el año pasado) que terminó con su salida. Ahora se iniciará una investigación para determinar sanciones y si es necesario se pedirán reparaciones monetarias. Aún queda por determinar si Entraigas falseó los certificados y las firmas que confirmaban un trabajo que no estaba realizando, esto podría derivar en una instancia penal", le dijo a Clarín el doctor Maximiliano Faroux, Secretario Auditor del Tribunal.
"Sé quién es, pero estoy casi seguro que no está afiliado y desde ya aseguro que no cumplía labores de ningún tipo en el bloque del radicalismo. Si hubiera sido asesor yo lo sabría. Es una situación muy rara", le explicó a este diario Bautista Mendioroz, presidente del bloque Alianza Concertación para el Desarrollo.
Según consignó el diario Río Negro, Entraigas consiguió que distintos legisladores radicales le firmaran todos los meses un certificado donde ratificaban unas imprecisas funciones como asesor del partido radical. Entre otras presentó certificaciones del ex legislador y ex ministro de Economía del gobierno radical José Luis Rodríguez, del también ex legislador Jesús Zuain, y del aún en funciones Héctor Funes. Tomando en cuenta las declaraciones evasivas, poco claras y hasta sorprendidas de los legisladores convocados por el Tribunal, se ha llegado a sospechar que Entraigas fabricaba sus propios certificados imprescindibles para cobrar su sueldo. En 2007, por ejemplo, presentó un documento en un papel especial que tenía el nuevo escudo de la provincia, pero que recién comenzó a circular en 2009.
Entraigas podría no ser un caso aislado. "No sé qué ocurre en las otras dependencias, eso no depende de nosotros", reconoció Faroux. A los pocos días de asumir la gobernación el fallecido Carlos Soria, anunció que iba a revisar caso por caso a los 20 mil agentes que dependen del Estado rionegrino porque suponía que el número de "ñoquis" en su provincia no era menor. Su trágica muerte dejó en puntos suspensivos la iniciativa que finalmente fue suspendida por el actual gobernador K Alberto Weretilneck. 

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