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sábado, 13 de abril de 2013

Brasil, un brutal asesinato reabre el debate sobre la mayoría de edad penal

Victor Hugo Deppman tenía 19 años cuando el pasado martes (9 de abril) por la noche, tras regresar de la empresa donde estava realizando prácticas laborales, frente a la puerta del edificio donde vivía en el barrio de Belém, zona este de São Paulo, fue absurdamente asesinado. Estudiante de radio y televisión y contratado como becario por la red brasileña de televisión Rede TV, un acto criminal y sin sentido sesgó su vida, y con ella la de sus familiares.
Victor se disponía a entrar en el edificio donde vivía cuando fue asaltado, alrededor de las 21 horas, y sin que mediara ningún tipo de reacción al asalto -entregó el móvil (celular) que llevaba-, recibió un tiro en la cabeza que lo dejó sin vida instantáneamente.
Las cámaras del edificio donde vivía con sus padres, que filmaron todo lo sucedido, muestran que no reaccionó en ningún momento, e inclusive que después de entregar el teléfono, e ir a entregar la mochila que aseguraba en la espalda, fue cuando recibió el impacto de bala, a sangre fría, que acabó con su vida.
El autor del disparo huyó junto a un cómplice y no pudieron ser identificados.
Sin embargo la investigación iniciada por la policía dió un inesperado giro cuando se entregó, el pasado jueves en una unidad de la policía de menores, un joven de 17 años -ayer viernes cumplió los 18-, confensando ser el autor del disparo.
A partir de ese momento el debate sobre la mayoría de edad penal, actualmente los 18 años, en Brasil ha llenado páginas y páginas de comentarios a través de las redes sociales, blogs,... y los medios de comunicación del país. Defensores y detractores, de disminuir la mayoría de edad penal hasta los 16 años, exponen sus argumentos legales mezclados con los emocionales, algunos con "su" coherencia y otros con argumentos totalmente demagógicos o críticos con alguna ONG defensora de los derechos humanos. Cosa que se puede llegar a "entender" si se tiene en cuenta que, sólo en la ciudad de São Paulo son numerosos los casos de robos seguidos de muerte en lo que va de año, o que el líder de un grupo armado que ha asaltado ya varios restaurantes, incluidos los clientes -acto conocido en Brasil como arrastrão-, en puntos álgidos de la noche, es un menor de 17 años, que al parecer entra y sale de las instituciones del Estado, como de su casa, o que en Río de Janeiro son algunos menores los que "encabezan" algunos de los grupos de narcotraficantes o que en los dos primeros meses de 2013 se contabilizaron, sólo en el Estado de São Paulo, 846 asesinatos en 787 casos de homicidio registrados por la policía -cada caso puede tener más de una víctima-, según datos de la Secretaría de Estado de Seguridad Pública.
Hélio Schwartsmanun, un destacado columnista del periódico paulista, Folha de São Paulo, escribía ayer, "Como siempre ocurre cuando un menor comete un homicidio bárbaro, cerca de dos tercios de la población levantan su voz para pedir la reducción de la mayoría de edad penal. Comprendo la revuelta pero no me incluyo en esta robusta mayoría". Continua diciendo "Es claro que los 18 años encierran algo de arbitrario.  Si quisiésemos huir de los caprichos del legislador y adoptar una regla basada en la ciencia, tendríamos, en verdad, que empujar el límite para más allá de los 20 años, que es cuando madurece el córtex pre-frontal, área del cerebro responsable por tomar decisiones complejas y controlar la impulsividad." Y se pregunta "Suponiendo que la mayoría de edad bajase para 16, ¿que haremos cuando un niño de 15 mate a alguien?, ¿Reduciremos el límite para 14 o 10?"
El gobierno de Dilma Rousseff es contra la reducción de la edad penal, y también discorda el gobernador del Estado de São Paulo, Geraldo Alckmin (PSDB), de endurecer las penas contra los jóvenes infractores, aunque si considera necesaria alguna modificación en el ECA (Estatuto da Criança e do Adolescente), Estatuto del Niño y del Adolescente, para delitos más graves, como homicidio o robo seguido de muerte.
Sin embargo Reinaldo Azevedo, colaborador de la revista brasileña Veja, además de criticar la situación de violencia que vive Brasil, "El fracaso de la civilización en Brasil es tan estrepitoso que ya estamos sintiendo añoranza del tiempo en que el grito predominante era la "bolsa o la vida". Ahora pasó a ser "la bolsa y la vida", de lo que da prueba el caso del estudiante Victor Hugo Deppman ..." y continua "esa es apenas la prueba mas reciente, dado que el número de casos semejantes sólo hace que aumentar: 11 casos em 2011; 15 em 2012 y 30 este año, computados apenas los dos primeros meses de cada año". A los críticos de la medida les diría: "Es evidente que toda esa gente (contraria a la disminución de la mayoría de edad penal) no se ve obligada a comentar cada homicidio en Brasil, hasta porque son 50 mil al año".
Por la legislación brasileña, según estipula el ECA, el asesino de Victor Hugo, deberá permanecer internado dos años, once meses y un día, hasta cumplir los 21 años, en el centro de menores Fundación Casa, dado que se entregó dos días antes de cumplir los 18, y el delito no debería quedar registrado en su expediente policial. Sin embargo si se hubiese entregado en el mismo día que cumplía los 18, o hubiese sido capturado por la policía con esa edad ya cumplida, su condena podría ir hasta los 30 años de cárcel estipulados por la legislación brasileña para ese tipo de delito.
Por su parte, el ministro de Justicia del gobierno Dilma Rousseff (PT), José Eduardo Cardozo, pidió cautela en el debate bajo riesgo de sobrecargar las prisiones, y con ello crear "Universidades del Crimen".
Por otro lado, a través de la web de la organización avaaz, se ha iniciado una campaña de recogida de firmas para solicitar la "Disminución de la Mayoría de Edad Penal - Criação da Lei Victor Hugo Deppman", que ha contabilizado, hasta el momento, 39.716 firmas online.
Evidentemente sería imposible legislar cada acto delectivo de los menores, pero quizás como dicen algunos grupos, se puedan estipular sanciones mixtas, institución para menores y presidio, para los delitos más graves y con potenciales condenas más elevadas. Si creo, que aunque no se pueda individualizar legislativamente, cada caso que envuelve a un menor requiere un análisis para determinar el tipo de sanción, dado que tampoco deberían estandarizarse las mismas debido a la disparidad de motivos o circunstancias que pueden haber llevado a un menor a delinquir.  
Debate que también está viviendo una acalorada discusión en México, tras las declaraciones de un adolescente de 13 años, que confesó diez asesinatos, y fue puesto en libertad tras ser detenido porque la ley impide presentar cargos contra menores de 18 años, un caso por el que el fiscal de Zacatecas, Arturo Nahle, instó al Congreso a reducir la edad penal.
¿Y tú que opinas?.

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