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viernes, 22 de febrero de 2013

Antonio Valdivieso, un padre en busca de justicia, una historia de coraje y tenacidad

José Antonio Valdivielso, de 33 años, fue condenado en 2002 a cumplir 13 años de condena por los delitos de homicidio en grado de tentativa y robo con violencia y uso de armas. Hoy seguiría en la cárcel si no fuese por el coraje y la tenacidad de su padre Antonio, que desde el mismo momento en que su hijo fue declarado culpable de los delitos por los que fue juzgado, se puso a trabajar para demostrar su inocencia. El pasado día 19 consiguió su objetivo y el Tribunal Supremo declaró nula la sentencia que le condenó en 2002 y ha absuelto a su hijo de todos los cargos.
Pero estos años no han sido nada fáciles para Antonio, el cual para demostrar la inocencia de su hijo tuvo que infiltrarse durante años entre delincuentes habituales y en el submundo de la droga de los municipios madrileños de Móstoles y Navalcarnero. Sus únicas pistas: un álias y la nariz rota del presunto autor de los hechos que le imputaban a su hijo.
José Antonio fue identificado por una de las víctimas en el reconocimiento fotográfico que fue realizado recién operada esta de una perforación pulmonar provocada por una puñalada. Y aunque los informes policiales le señalaron, él se encontraba en casa de sus padres cuando sucedieron los hechos. "Tenía que trabajar al día siguiente" comenta este joven.
El día que fue encarcelado le dijo a su padre, según declaraciones de éste, "si me pegan un tiro que me lo peguen, si me condenan para el resto de mi vida que me condenen, pero que sepas que soy inocente". Para el padre ya no hacía falta nada más, sabía que su hijo era inocente.
Según recoge la web Vozpópuli "A pesar de que el antropólogo José Manuel Reverte Coma descartó que la imagen captada en un cajero automático fuera de José Antonio, el cuerpo nacional de Policía Científica así lo acreditó".
En declaraciones efectuadas en un programa del canal TeleCinco, la abogada de José Antonio responde a la pregunta de si había sido absuelto o indultado, "ha sido absuelto de todos los cargos, han revisado la sentencia y la han declarado nula respecto a los actos imputados a él. Se dió la paradoja de que los verdaderos autores sólo fueron condenados por uno de los delitos, el menos grave", mientras él lo fue por los dos. IMPRESIONANTE.
Antonio investigó, recorrió el barrio de su hijo día y noche, se rodeó de dudosas compañías hasta encontrar, con nombres y apellidos, al verdadero culpable. A partir de ese momento comenzó a acumular pruebas que inocentaran a su hijo. Con toda la información recolectada presentó las pruebas pertinentes, algo que, según José Antonio, no se hizo en el juicio, "no demostraron que yo era culpable, mientras  yo he tenido que demostrar que soy inocente". Su padre insiste en que "fueron contra él" y que el fallo estuvo en la instrucción, en la fiscalía y en la policía, no en el juez que dictaminó la condena. Antonio sonríe al recordar que al principio no entendía ni "qué era un recurso" y ahora ha aprendido mucho de justicia. Cuando se le pregunta sobre la calle: ¿Y de la calle? "Que hay buena gente, aunque los llamen delincuentes", dice. En seguida comenta que le ayudaron en su lucha por demostrar la inocencia de su hijo diciendo: "Nunca iba solo".
Cuando ya tenían absoluta seguridad sobre la identidad del auténtico autor de los hechos imputados a su hijo, junto a la abogada defensora, se querellaron contra él para conseguir que se revisara el caso, basándose en que no pueden existir dos autores de un mismo delito.
En declaraciones para 20minutos.es la abogada, Isabel Torrado, que también se mantuvo firme desde el inicio con Antonio y su padre, respondió a una pregunta en relación al presunto culpable: "¿Qué ha ocurrido con el ‘verdadero’ culpable, José Carlos H. R.?
Se inició una querella contra él, pero era difícil que los testigos que reconocieron en un primer momento a Valdivielso fueran a desdecirse. Simplemente recurrieron al "no me acuerdo" y se archivó la querella. Ahora está en libertad
".
Terminó la pesadilla para José Antonio y su familia; ya está en libertad y absuelto de todos los cargos pero le han arrebatado, también a su familia, nueve años en un absurdo de la justicia. El 27% de su vida lo pasó en tres prisiones: Soto, Valdemoro y Navalcarnero.
"Nadie en la cárcel me creía, los psicólogos decían que si no había cometido estos delitos, habrían sido otros", explica un compungido José Antonio, que sólo tiene palabras de gratitud para su 'padre coraje' y para la abogada que le ha ayudado durante una década.
Hasta la fecha nadie se ha dirigido a él con una mínima disculpa por este grave error de toda la cadena del sistema judicial.
Mientras, imputados o culpables, por otros tipo de delitos, continúan esquiando o disfrutando de hoteles y restaurantes de lujo.

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